¡Quisssteante! (parte 1)

Algo que había olvidado comentar por aquí es que, por una de esas casualidades de la vida, iban a operar a mi padre del pie (espolón) el mismo día que yo. O sea, hoy.

Ya hemos vuelto a casa y en este momento parecemos dos veteranos de guerra por las vendas y las marcas de los catéteres (¿se escribe así?), pero nos estamos recuperando bien. Aunque en mi caso la operación ha sido un pelín más complicada de lo que creía, ya que al final no me han puesto anestesia local sino... ¡epidural! Si damas y caballeros, medio cuerpo mutante dormido de cintura para abajo. El sentir cómo tus posaderas (y otras partes aún más íntimas) van recuperando la sensibilidad, es una de las sensaciones más gratificantes que existen.

Además, el condroma (quiste en los tendones) venía con sorpresa: ¡no era uno, sino dos! ¡Uno encima del otro! Bueno, ya que voy pregonando que soy mutante, al menos he sido consecuente...

Ahora mismo no estoy tan seguro de si iré al Anti-Karaoke el próximo lunes. Dependerá de cómo evolucione la cosa (y si los puntos aguantan). De cualquier forma, el miércoles tendrá lugar mi segundo round, esta vez contra el quiste de la espalda. Hay que machacarlo. ;O)