9.7.08

¡Quisssteante! (y parte 2) ACTUALIZADO

Pues hala, ya tengo otro agujero en el cuerpo. Cualquiera diría que me estoy poniendo piercings...

Tal como había previsto, esta segunda operación ha sido coser y cantar (literalmente). Apenas noto ahora el apósito que llevo en la espalda (poco más que una tirita con esteroides. No literalmente, claro). La anestesia ha dolido un poco, pero no tanto como la epidural que me pusieron en la anterior operación. Que, dicho sea de paso, olvidé decir que el anestesista se equivocó con el primer pinchazo y tuvo que volver a clavarme la aguja en mitad de la columna. Ole y ole.

Como muchos pudieron comprobar, el lunes pude ir finalmente al Anti-Karaoke decidido a cagarme en la madre que parió al anestesista (dedicándole I Wanna Be Sedated), y redondeando el tema con un apropiado The Show Must Go On. Por supuesto volveré a ir este lunes, posiblemente con bastante más movilidad. Muchas gracias a todos los que me ayudaron el lunes pasado y me protegieron contra las oleadas de gente que pegaban saltos hacia el final del show. ^__^

Y no, no voy a enseñar fotos de las cicatrices porque no quiero convertir este blog en la versión friki-mutante de Cambio Radical. Si al menos fuera la versión que sale en un episodio de Doctor Who... ;O)

Actualizado (día siguiente): Hoy he ido a que me quiten los puntos (tres) de la rodilla. Justo cuando salía de la consulta he visto que tenía el pantalón manchado de sangre, porque uno de los puntos no se había cerrado bien. Afortunadamente han cerrado la herida con rapidez y no he perdido mucha sangre. Estoy bien. :O)

Jo, ya podría ser como el otro quiste, el de la espalda; esta última noche he dormido boca arriba y ni me he enterado de que tenía los puntos.

Aish...

1 comentario:

KalEl el Vigilante dijo...

Me alegro de que todo haya ido bien, salvando las distancias de la rodilla... Cuando a mí me partieron la cara (sí, literalmente, pero por el lateral, no por el frente, brutos) todo fue como la seda y los puntos no molestaron nada de anda, ni siquiera al quitarlos. Cada vez que entras en quirófano es un mundo...