15.10.04

Hay un mono moviendo la cámara

Voy a hablar de cine otra vez.

Voy a hablar de Roland Emmerich.

Pongámonos en situación: Roland Emmerich es el director de super-mega-ultraproducciones hollywoodienses del calibre de Soldado Universal, Stargate, Independence Day y el Godzilla yanqui.



Si, ya sé que he dicho que iba a hablar de CINE. Un poco de paciencia, por favor.

Desde hace unos cuantos años, una extraña generación mutante de directores ha invadido las salas de cine. Uno de los primeros (si no el primero) en desatar esta plaga fue Michael Bay, director de La Roca, Armagedón, Pearl Harbor y las dos entregas de Bad Boys.



Insisto, tened paciencia.

Michael Bay ha desarrollado un estilo bastante peculiar. Probablemente hace tiempo se sentó a pensar y dedujo algo parecido a esto: "Coño, si el cine es imagen en movimiento y la acción es MUCHO movimiento... ¡sólo tengo que mover la cámara como un poseso y crearé una obra maestra!". Probablemente fue durante el rodaje de La Roca, cuando la policía persigue a Sean Connery por las calles de San Francisco. Las escenas de acción, que hasta ese momento de la historia del cine MOLABAN y hacían que te quedaras clavado en el asiento, empezaron a convertirse en la más rentable fuente de ingresos de los fabricantes de aspirinas.

De repente ya no importaba la emoción. Ni que los efectos especiales no estuvieran currados. Ni que se vieran los píxeles a kilómetros. Ni que no se entendiera quién era quién, qué estaba haciendo, dónde estaba o a qué parte de la pantalla se suponía que había que mirar, pues con un tembleque digno de un terremoto de magnitud 8, tarde o temprano el personaje TENÍA que aparecer. Más movido que una foto tomada desde un tiovivo al máximo de revoluciones, pero aparecía.



Lo único importante, hijos míos, era el MOVIMIENTO. Y cuanto más mejor.

Tras Michael Bay, otros directores han tomado ejemplo. ¿Habéis visto Las Crónicas de Riddick? Las escenas de lucha son un dolor. Un auténtico y jodido dolor en el cerebro. Una estupenda forma de cargarse una buena película. Y lo mismo digo de la acción de Daredevil. O de El Mito de Bourne, según me han contado. Incluso en ciertas escenas del Señor de los Anillos, Peter Jackson enloquece, aunque sin llegar a las insuperables cotas de demencia de Riddick.



Seguro que me dejo más. No importa. Michael Bay ha creado escuela. Una escuela de monos esquizofrénicos que mueven la cámara como si les fuera la vida en ello.

Sin embargo...

Hace un par de días vi El Día de Mañana, última película de Roland Emmerich estrenada hasta la fecha. Me di cuenta de algo que me había pasado completamente desaparcibido sobre el estilo de este hombre.



Más allá de los guiones poco trabajados. Por encima del poco interés argumental. Superando los tópicos permanentes...

... Roland Emmerich SABE dirigir cine de acción.

Aluciné con Stargate. También con Independence Day. Incluso con el Godzilla americano, a pesar de ser un sacrilegio absoluto. Aluciné, señoras y señores, porque las escenas de acción eran BUENAS. Estaban BIEN rodadas. Los efectos especiales habían sido creados con sumo detalle y aplicados con maestría. Y El Día de Mañana no es una excepción.

Escenas como la primera puesta en marcha de la puerta en Stargate, el contraataque aéreo a la gigantesca nave alienígena en Independence Day, el dragón de komodo mutante persiguiendo a los héroes por las calles de Nueva York en Godzilla... y esa carrera desesperada de los chicos en el clímax del Día de Mañana, para llegar sanos y salvos a la biblioteca antes de quedar convertidos en carámbanos.

Roland Emmerich es un MAESTRO rodando escenas de acción, así como aplicando esos impresionantes efectos especiales. Roland NO pone un mono detrás de la cámara para que la mueva. A pesar de unas historias cada vez más vacías, que son el único inconveniente que le veo y que espero que rectifique, Roland me parece un grandísimo director. Porque sabe entretener, sabe emocionar, sabe cómo hacer que claves la vista en la pantalla... y lo más importante: lo sabe hacer BIEN.

Y eso, damas y caballeros, no puede hacerlo cualquiera.

Hala, ya podéis empezar a lapidarme.

10.10.04

Club Para No Dormir

No he podido escribir esto hasta hoy, domingo, debido a una semana realmente agotadora.

En la tele hemos estrenado un nuevo programa que substituye a Interferències en esa franja horaria: Club d'Amics (Club de Amigos, para los que no sepan catalán). Es el programa más largo de todos los que emitimos actualmente, llegando a las 2 horas y media (23:30 a 2:00), de lunes a viernes. En esencia recuerda un poco al Peti Qui Peti: es un magazín nocturno presentado por una pareja (en esta ocasión, son Robert Mayor y Estefanía Sainz), que leen los mensajes SMS que envía la audiencia y contestan las llamadas telefónicas. Pero aquí el objetivo es que la gente se conozca. Por eso, una gran parte de los mensajes son de tipo "ligoteo". Aquí, a diferencia de muchos otros programas, se leen y se comentan todos los mensajes (razón por la cual casi nadie se pasa de listo). También pueden pedir que emitamos un videoclip (nos piden menos de los que pensáis), algo que siempre cumplimos lo antes posible. Y si no, también se puede enviar un saludo a los presentadores, o incluso enviar poesías.

Si, poesías. De hecho, en esta primera semana ha habido una especie de batalla de poetas.

Pero lo que realmente hace destacar el programa, es que es un "Club" en toda regla. Quien quiera puede apuntarse (totalmente gratis, of course) por SMS; de ese modo podrá participar en todos nuestros sorteos y, gracias a un carnet que empezaremos a distribuir a partir de esta segunda semana, conseguirá descuentos, entradas para el cine... y mucho más. Ya tenemos 45 socios en una sola semana. :O)

Otro tema del que quería hablar, también relacionado con TV Comtal...

Ayer empezamos a emitir una serie MÍTICA de la televisión. Nada más y nada menos que Historias Para No Dormir. El capítulo que emitían, cuyo título no recuerdo, explicaba la invasión de unos alienígenas en nuestro planeta, desde el punto de vista de un científico que lo había visto venir desde dos semanas antes (estaba montado en flashback). La historia era como una mezcla entre La Guerra de los Mundos, Los Invasores y Los Inmortales. Fue genial también ver a un Chicho irreconocible, sin barba y jovencísimo, presentando y cerrando los capítulos (la historia estaba partida en 2), al más puro estilo Hitchcock.

Viendo el capítulo reflexioné y pensé cómo sería esa misma historia si la volvieran a rodar (también en España), hoy en día.

Me eché a reir. Sería ridícula.

Ni los actores, ni los recursos, ni siquiera el guión. Ha habido un retroceso escandaloso en la calidad de los tres. Veo Historias Para No Dormir y ME CREO a los actores que aparecen. Veo cualquier serie española que emiten a mediodía, y sólo me producen náuseas. ¿Qué coño ha pasado?

Necesitamos un nuevo Chicho que ponga las cosas en su sitio. Urgentemente, a poder ser. Antes de que la telebasura acabe de lobotomizar a la juventud. Bueno, y a los no tan jóvenes...

4.10.04

Show me the money!

Hoy he tenido reunión con el jefe.

Me gustaría poder decir que me han dado un aumento de sueldo, pero no es así.

Un aumento es cuando te pagan más por hacer el mismo trabajo de siempre. El problema es que yo ya estaba trabajando el doble de lo acordado en el contrato inicial, cobrando lo mismo. Pero esta tarde hemos regularizado ese "pequeño" detalle.

Ahora cobro lo que merezco. Sin más.

Pero me pregunto... ¿cuánta gente debe haber sin esa suerte? ¿Cuántos/as empleados/as sobreviven con miserias mientras se parten el alma trabajando? ¿Cuántos jefes codiciosos tiranizan así a sus empleados, exprimiéndoles hasta la última gota de su paciencia?

Debería haber más jefes "humanos". Me alegro por mi suerte, pero mi forma de ser me obliga a preguntarme por qué esa suerte no se reparte un poco más.