30.4.05

Algo Se Está Cociendo

Mmmm... y el caso es...

El caso es que no es Gods.

Ni Escultores, claro.

Tampoco me he vuelto loco y he decidido continuar The Freakers.

¿Dork Dungeons? Nah, no creo que lo continúe, aunque... quién sabe.

Mmmm...

Tampoco es El Arca, la otra novela que estoy escribiendo...

A ver... no, la cosa tampoco va de guiones de tiras cómicas.

¿Podría ser el proyecto del programa Barnacity para la tele? No, no creo...

Pero...

... por otra parte...

¿Podría tener alguna relación con ello?

Mmmm...

20.4.05

Sigo Aquí 2 (La Secuela)

Algo ha ocurrido.

He estado muchos días sin escribir por aquí. ¿No ha pasado nada interesante?

La verdad es que ni yo mismo sé por qué no he escrito nada por aquí. Se me ocurre la posibilidad de que haya decidido dejar que mi mente, y no mis dedos, reflexionara algunos días con tranquilidad. ¿Pero sobre qué? Ni idea, oiga...

Las dos últimas semanas han sido para mi como un bucle temporal. Como si no hubieran existido.

No en un sentido literal, claro: he ido a pases de prensa, he estado escribiendo, me he viciado con el Tales of Symphonia (loado sea), he visitado la tele en un par de ocasiones, he terminado al fin The Freakers, he visitado a mis amigos (si, ahora si), he pasado un par de días con malestar en la barriga...

Entonces es una contradicción, ¿no? ¿Cómo puedo decir que han pasado dos semanas "vacías", si he hecho tantas cosas?

Quizá es que me he dado cuenta de algo importante. Que tengo 23 años y que hay que buscarse la vida, no esperar que llegue.

Hay que dejarse de hostias y mover el culo.

Bueno. Ya he reflexionado suficiente. Es hora de pasar a la acción. Y podría empezar por dejar de escribir estas cosas y hacerlas.

Sí. Sería un buen comienzo.

------

PD 1: Eh, que estoy bien. No me siento deprimido ni nada de eso. Es sólo que de vez en cuando, aunque no lo parezca, hago trabajar la materia gris. :OP
PD 2: ¿A que mola poder leer un post en estos días, en el que no se mencione al Papa...? Mierda.

3.4.05

La Reina Ha Vuelto

Con un retraso de una hora debido a un error en el envío del material, y con la ausencia de los misteriosos teloneros, ayer se vivió una gran noche en el Palau Sant Jordi, en Barcelona.

Voy a exponer un comentario de mi hermano, que define también mi opinión sobre el concierto que Queen y Paul Rodgers nos ofrecieron. Tres cosas:
1: Brian May es el DIOS de la guitarra. Sin discusión alguna.
2: La discografía entera de Paul Rodgers va a empezar a venderse como churros.
3: Roger Taylor (el batería) debería cantar más.

Tras un inicio bastante extraño, en el que sonó nada menos que el Lose Yourself de Eminem para animar al público (aunque sonaron algunos pitidos. No me extraña, pues no creo que tenga mucho que ver con Queen), Paul Rodgers surgió tras las enormes cortinas cantando en solitario. Una buena forma de decir al público: "Eh tíos, este señor se llama Paul Rodgers. Y ahora os vais a enterar de lo que es capaz". Caminó cantando la primera estrofa de Reachin' Out, por una pasarela que partía del escenario y se internaba en el público a pie de pista (donde me encontraba yo).

De pronto, al llegar al final, tan tranquilo que parecía... cogió el palo del micro y lo blandió como una espada, en el instante mismo en que Brian May surgió tras las cortinas, para acompañarle con su legendaria guitarra. Los aplausos estallaron. Pero cuando el público se volvió loco de verdad, fue cuando dejaron caer las cortinas, con toda la banda tocando detrás la canción con la que, por tradición, Queen había empezado siempre sus conciertos: Tie Your Mother Down. Una pieza con mucha caña, ideal para empezar.

Le siguieron una canción menos conocida de Queen y otra de Paul Rodgers, y entonces comenzó el verdadero recital de Grandes Éxitos de Queen, empezando con I Want to Break Free y, sin dar tiempo a respirar, siguieron con Fat Bottomed Girls y también Crazy Little Thing Called Love. Brian May dijo al público en español: "¡Cantais muy bien!". Y es que no sólo nos limitábamos a cantar los estribillos; cantábamos las canciones enteras, a saco.

Tras esta explosión, llegó un periodo de calma, de intimismo. Pero sobretodo de nostalgia. Comenzó Rodgers saliendo a tocar y cantar al mismo tiempo, con una guitarra acústica y diciendo al público algo parecido a, "What the fuck are you doing here?" una canción muy especial para él: Seagull. Pero entonces le tocó el turno a Brian May, y entonces sí surgieron montones de mecheros de entre el público: tras decir, también en español, "esta canción es para Freddy" y lograr una gran ovación por ello, nos regaló una bellísima versión de Love of My Life.

También salió a cantar Roger Taylor, en varias ocasiones, con piezas como I'm in Love With my Car, These Are the Days of Our Lives o la mismísima Radio Gaga. Esta última, por cierto, debió sorprender mucho a todos los miembros de la banda, pues el público sincronizó casi a la perfección todas las dobles palmadas. El momento central del concierto, que no tuvo ni una sola pausa en las 2 horas que duró, lo protagonizó Brian May con el solo de guitarra más alucinante que he escuchado en mi vida. Un monstruo.

Pero Paul Rodgers salió enseguida a recordar quién es ahora el cantante de Queen cantando, entre otras, A Kind of Magic y I Want It All. Y entonces llegó el momento más esperado. Comenzaron a sonar los primeros acordes de Bohemian Rhapsody, y el público enloqueció. No por la canción en sí, sino por cómo estaba siendo interpretada: en una gran pantalla, al fondo del escenario, apareció el mismísimo Freddy Mercury. Y por los altavoces, sólo se escuchaba su voz. La guitarra y la batería la pusieron May y Taylor, en directo. Y para redondearlo, la parte final (desde "So you think you can leave me and spit in my eye") la interpretó Paul Rodgers.

Y llegaron los bises. Fueron cuatro:
1º: The Show Must Go On: una canción que ahora tiene más significado que nunca.
2º: All Right Now: posiblemente la canción más famosa de Paul Rodgers.
3º: We Will Rock You: todo el estadio tembló hasta los cimientos con esto.
4º: We Are the Champions: el mejor final de concierto imaginable.

Mis conclusiones son varias. Podría empezar diciendo que ha sido alucinante ver al señor Rodgers cantando con Queen, logrando una magia indescriptible: no canta como Freddy Mercury (ni ganas que tiene), pero aún así, estuvo increíblemente bien integrado con el resto del grupo. Supo cómo dar espectáculo, haciendo "payasadas" como lanzar el palo del micro varios metros arriba y cogerlo en el aire, o incluso moverlo como un helicóptero.

Eso si, creo que han dejado tres canciones míticas injustamente fuera del concierto: Somebody to Love, One Vision y Who Wants to Live Forever. Y ya más como una decepción personal, esperaba que tocaran Princes of the Universe e Innuendo. Pero no ha podido ser...

Una noche mítica. La "reina" del rock ha vuelto. Ojalá, ojalá no se quede todo en una gira, porque mientras Brian May y Richard Taylor sigan teniendo fuerzas, y Paul Rodgers siga demostrando que es una grandísima elección, podrán seguir demostrando al mundo lo que significa interpretar MÚSICA, en mayúsculas.

Anyway the wind blows...