14.11.07

Paranoid (apéndice)

Bueno, se hace saber que, en principio, El Engendro ya no molestará más por aquí. Ha abierto su propio blog en el que se las ha arreglado para aniquilar todo rastro de pensamiento racional en sólo dos posts (eso si, tamaño XXL). Si os aburrís (mucho) y queréis decirle algo o tirarle migas de pan para entreteneros, podéis encontrarle haciendo click aquí.

Cambiando radicalmente de tema (nótese el sarcasmo) he aquí una versión mejor, más larga y con mejor sonido de mi paranoica actuación en el Anti-Karaoke de Halloween. No se ve, pero empecé saliendo de detrás del escenario y me lancé sobre el público puñal en mano y gritando como un sádico (momento en que empieza el video):



Y como colofón final (ya que no quiero alargar más el tema), he creído oportuno copiar y pegar un texto que también he puesto en el blog del Engendro como respuesta a Anna. Mucha gente (y muchos periodistas) tienen una idea del Anti-Karaoke que dista mucho de la realidad. Se trata de algo que escribieron en una crónica oficial del AK hace algunos meses. Creo que ayudará bastante a aclarar ciertas dudas a cualquiera que no haya ido nunca al show:

"A la salida del show, pudimos ver a Mazafaka, otro habitual del show que esa noche también estuvo presente pero no pudo cantar por falta de tiempo. Gran escena: Mazafaka y dos colegas cantando en el suelo con un tipo de color, en una especie de improvisado party post-show.

Esa es justo la clase de escena que me gustaría ver en el futuro documental de Anti-Karaoke, porque está claro que este show va mucho más allá de las actuaciones que vemos en el escenario. A lo largo de estos dos años, se ha creado una verdadera escena en torno a Anti-Karaoke, en una ciudad totalmente muerta a nivel de entertainment como es Barcelona, dominada por disc-jockeys technno de mierda y mucha pose y languidez. Y lo mismo está sucediendo ahora en Madrid.

Es una idea con la que está de acuerdo mucha gente: en este show te sientes realmente como si estuvieses en el CBGB neoyorquino en el 76 o en cualquier tugurio de Seattle en el 89-90. Pasan cosas continuamente, hay drama, diversión y locura. Se ven actuaciones irrepetibles de gente que jamás había subido antes a un escenario y que descubren en una determinada noche que tienen la capacidad de entretener a 300 personas.

Con Rachel Arieff como la perfecta maestra de ceremonias, Anti-Karaoke se ha convertido en uno de los fenómenos más inusuales que he visto en la vida nocturna de cualquier ciudad en los últimos años. Ni siquiera puedes encontrar algo similar en ciudades como Los Angeles o New York, lo cual no deja de resultar chocante. Existen un par de karaokes rockeros con banda en América, pero eso, en mi opinión, rompe por completo la magia de un show de estas características.

En Anti-Karaoke, quienes actúan están totalmente libres de ataduras, no hay unos músicos profesionales controlando un show, quienes llevan las riendas del espectáculo son los performers espontáneos que se animan a dar el gran paso, y eso, amigos, es jodido Punk Rock.

Da igual que quien se anime a salir al escenario se atreva con una versión estrambótica de Barry Manilow o con un tema de los Dead Kennedys, lo que importa es ese sentimiento Punk Rock de que cualquiera puede hacerlo si tiene los suficientes cojones como para intentarlo.

Desde aquí me gustaría también discutir una idea especialmente irritante que se repite una y otra vez en los reportajes que prensa y televisión hacen sobre este show.

En Anti-Karaoke la gente no sale a escena a “cantar mal”. Unos cantan como ángeles (la lista de excelentes vocalistas de A.K. es larga: Rocko, Roser, Jordi, Rocksales, Chapulín, Leah, Dani El Mutante, etc.) y otros hacen lo que pueden dentro de sus posibilidades, pero lo que podemos ver en el 90% de las actuaciones es una entrega absoluta y total, entusiasmo y honestidad. Se trata de entretener a una sala llena a reventar de un público que espera un espectáculo.

Así que, no, señores de la prensa, la gente no viene a Anti-Karaoke a “cantar mal”, sino a vivir noches memorables y a dejarse la piel en el escenario.

La experiencia de Rachel en la escena de comedia y “open mics” de Los Angeles y New York aplicada a un show de estas características ha dado como resultado un maravilloso engendro, totalmente inclasificable. Rachel continuamente escucha la frase: “Has creado un monstruo”, y creo que todos los que asistimos religiosamente a Anti-Karaoke cada lunes estamos de acuerdo con eso."


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Ahí queda eso. Prometo cambiar de tema en mi próximo post, que ya sé que me estoy enrollando demasiado con el asunto. Pero por favor, entendedlo: es que es tan... tentador... ^__^

2 comentarios:

KalEl el Vigilante dijo...

No lo intentes: dejar de hablar del AK durante más de 3 posts es tan imposible como... como... como que el marciano cazahombres no hable de Batman o Jimmy durante toda una semana...

La próxima vez que hagas de la madre de Norman llévate una cortina de ducha :D

Anónimo dijo...

Jo, me dio rabia no poder asistir al ak de Halloween pero mi cuenta corriente tirita de frio y tengo que prescindir de algunas cosas.
En cuanto a "El engendro" ni siquiera tendrias que haber puesto el link a su blog, no hay mejor ataque que ignorar a los pesados de turno.Mejor es que se quede el solo con sus movidas y ya se aburrirá.
Besotes